Una de las supersticiones más extendidas
relacionadas con el color
amarillo pertenece al ámbito del teatro. Se trata de
un color vetado
tanto en el decorado como en la vestimenta de los actores. Esta
creencia
parte de que Molière murió vestido de amarillo. En febrero de 1673 estrenó el ballet-comedia ‘El enfermo imaginario’, una obra que en clave de
humor y sátira se centraba en los médicos. Pocos días después del estreno, en
plena representación, el dramaturgo se sintió indispuesto y murió unas horas
más tarde en su domicilio. En la representación, Molière vestía ropa de color
amarillo.
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