FÁBULA EL LOBO Y EL CABRITILLO
Personajes:
- - El lobo.
- - El pequeño cabritillo: Pedro.
- - El perro: Damián.
- - La cabra (la madre de los cabritillos): Lola.
- - El cabritillo mayor (hermano): Ernesto.
PRIMER
ACTO
(Se abre el telón y aparecen un grupo de cabritillos junto a su
madre en una cerca, donde juegan alegremente. Solo uno de ellos aparece
apartado del grupo)
PEDRO: Como me gustaría salir de aquí y ver el mundo, la vida en el
rebaño es tan aburrida.
(La madre de Pedro se acerca a él)
LOLA: Hijo mío, tu eres joven y no sabes todos los peligros que hay
fuera del redil. Aquí los perros guardianes, nos protegen de los lobos, y no
nos falta de nada.
(Al cabo de un rato se acerca el hermano mayor para ver qué ocurría)
ERNESTO: ¿Qué pasa madre? Pareces preocupada.
LOLA: Que tú hermano, sigue diciendo que quiere salir de la cerca y
ver el mundo que le rodea.
ERNESTO: Pedro, eres un inconsciente, no puedes ni hacerte una idea
de lo que te puedes encontrar ahí fuera.
PEDRO: ¡Pero es que estoy harto! Harto de esos malditos perros que
se pasan el día ladrando. Sí, nos protegen de los lobos, ¡que pelmazos son! Y
harto de ver siempre las mismas caras y hacer siempre las mismas cosas.
LOLA: Vamos hijo, cálmate, se está haciendo de noche, mañana ya
hablaremos del tema.
(Se apagan las luces y todos se acuestan a dormir. Se cierra el
telón)
SEGUNDO
ACTO
(Se abre el telón y se ve a Pedro intentando escaparse mientras
todos siguen durmiendo en la cerca)
PEDRO: Esta es mi oportunidad, escaparme cuando todos aún duermen.
(Dice sigilosamente para que no lo escuchen. Mientras que
aprovechando un agujero en la valla y que los perros aún dormían, se escapa
hacia el bosque)
PEDRO: ¡Ah, por fin solo!, podré hacer todo lo que se me antoje y
nadie estará encima para regañarme. Quiero mucho a mi madre y a mis hermanos,
pero nunca más volveré a esa cerca. (Dice mientras da saltos de alegría)
NARRADOR: No hubo andado ni cinco pasos, cuando le salió al
encuentro un gran lobo, con ojos brillantes y fauces entreabiertas.
LOBO: Vaya, hoy por fin voy a
comer bien.
PEDRO: No me comas por favor.
LOBO: Jamás te dejaré escapar pequeño cabritillo.
NARRADOR: Entonces, al pequeño cabritillo se le ocurrió, una magnífica
idea.
PEDRO: Vale de acuerdo cómeme, pero antes, concédeme un último deseo.
LOBO: Naturalmente, podré tener un gran apetito pero no soy malvado.
PEDRO: Siempre quise ser un gran músico, ¿me dejarías tocar la
flauta por última vez?
LOBO: De acuerdo, pero que sea rápido, estoy muy hambriento.
(Pedro comienza a tocar la flauta)
NARRADOR: La música se esparció por todos los rincones del bosque
hasta llegar a los perros que custodiaban el rebaño. Estos enseguida
comprendieron lo que ocurría.
PEDRO: Aquí, aquí, estoy aquí.
LOBO: Maldito cabritillo, me has engañado como a un tonto.
(El lobo sale corriendo)
PEDRO: Gracias, no lo volveré a hacer, os lo prometo.
LOS PERROS: Pedro, espero que esto te haya servido de escarmiento,
por suerte para ti, tu madre y el resto de tus hermanos todavía están
durmiendo.
PEDRO: No os preocupéis, no volverá a pasar.
(Se apagan las luces y se cierra el telón)